Roselis Silva sumó 9 puntos en los últimos 51 segundos para dar la victoria a Lacturale ART Araski ante Quesos El Pastor (76-77)

La máxima de no todo es como empieza sino como acaba se puede aplicar a lo vivido en el pabellón Ángel Nieto de Zamora. Cuando todo se puso en contra, cuando Araski parecía condenado a rendirse ante el Quesos El Pastor, emergió la figura de Roselis Silva. La base impuso su revolución, su instinto depredador para agarrar la fe que predica y ponerla en práctica hasta el límite. Un último minuto donde la nada se convirtió en todo para brindar con victoria este fin de año.

Dos equipos necesitados se veían las caras en el inicio de la segunda vuelta. El Quesos El Pastor buscaba un revulsivo con Ely Doce en el banquillo tras la destitución de Lucas Fernández y a punto estuvo de cumplir la máxima de entrenador nuevo, victoria segura. El partido tuvo varios partidos, con diversas caras de un Araski generoso y acompasado en el primer cuarto, hasta el más rácano en juego y disposición en pista.

El primer cuarto dibujó un panorama favorable, con Marta Tudanca, máxima anotadora con 20 puntos, ejerciendo de líder ante la ausencia por problemas físicos de la holandesa Natalie Van Den Adel. Los ocho puntos de la vitoriana, la buena lectura de juego de Etxarri, la incombustible Forster fueron protagonistas de las primeras ventajas (10-23) visitantes, ante una escuadra local atormentado por el exceso de faltas, falta de puntería en el tiro libre y sin sus dos estrellas americanas Jenkins y Butler metidas en partido. Pero las zamoranas tiraron de label nacional, con Ainhoa López y una extraordinaria Marina Lizarazu para convertir el partido en su campo de pruebas. Dos triples de ambas encendieron la chispa para cortocircuitar a Araski que empezó a generar poco en ataque ante una incómoda defensa en zona rival.

Entre dudas y excesivas concesiones en el rebote, con 12 capturas ofensivas para las castellanas, la remontada se hizo real a pesar de la inspiración de Tudanca que sostenía a su equipo con una cómoda renta de 10 puntos (21-31). Un parcial 12-2 colocaba el empate a 33, con Jenkins y Butler ya activadas y Lizarazu desatada hasta tomar la delantera al descanso (37-35). Las malas sensaciones continuaron en la escuadra alavesa que fue diluyéndose con la facilidad de un azucarillo. Tan frágil como desconocido, las vitorianas iban encajando los golpes, secos y certeros de las zamoranas, con otro parcial de 8-0 en el inicio del tercer cuarto para llegar a la máxima desventaja de 10 puntos (47-37). Urieta no encontró en ningún momento su quinteto. Agirre no fue la jugadora acostumbrada a desatascar. Umi Diallo tuvo sus luces y sombras en el poste bajo ante Gisela Vega.

La maquinaria seguía sin funcionar, a medio gas, con esa tibieza de quien siente que le están pasando por encima. Solo Tudanca y una enorme Julie Forster (19 puntos, 7 rebotes, 27 valoración) que fue de menos a más, además de los buenos minutos de Etxarri, pudieron capear algo el negro temporal que se avecinaba con un Queso El Pastor enfilado hacia su tercera y necesaria victoria. A pesar de la mejora en los porcentajes de tiro, el equipo no acababa de encontrar su ritmo y se plegaba a un rival cómodo en su defensa en zona, en sus tiros abiertos con acierto. Urieta optó por agitar el árbol y colocar un quinteto físico con el fin de enloquecer el choque. Y tanto que lo hizo. Todo parecía perdido a falta de un minuto con el 76-68. Fue el momento de Roselis Silva, una cara o cruz, eso que solo sabe resolver la talentosa base venezolana. El equipo presionó, robó y creyó. Silva ejecutó 9 puntos consecutivos para consumar el milagro. Una victoria celebrada y necesaria que aleja fantasmas y que hace comenzar de la mejor manera la segunda vuelta de la Liga.

FICHA:

Quesos El Pastor 76 (10+27+25+14) Butler 13, Lizarazu 18, Vega 2, García 8, Jenkins 11 – quinteto inicial – Ivezic 9, López 15

Lacturale ART Araski 77 (23+12+20+22) Aldalur 2, Pardo. Tudanca 20, Silva 16, Forster 19 –quinteto inicial – García 2, Etxarri 10, Agirre, Diallo 8,

Árbitros: Joaquín García y Joaquín Lizana

Pabellón Ángel Nieto de Zamora