Se van a cumplir dos meses desde que Amaia Gorostiza fuera nombrada presidenta de la Sociedad Deportiva Eibar, la primera mujer al frente de la entidad, tras la marcha de Álex Aranzábal.

Natural de Éibar (Guipúzcoa), al margen del mundo del fútbol, es miembro del consejo de administración del Grupo Amaya Tellería, consejera y miembro de Comisión Económica de Elkargi SGR, consejera de la empresa Dominion y consejera e interventora de APD Zona Norte.

En su familia tiene un espejo en el que mirarse: su madre, Amaya Tellería, quien en los años 50 fundó el grupo de automoción que lleva su nombre a partir de un taller que se encontraba en situación de quiebra. Fruto de un trabajo reconocido con galardones como el de mejor empresario vasco en 2013, aquel negocio sin futuro se transformó en una compañía con sedes en el extranjero, más de 750 empleados y una facturación superior a los 120 millones anuales en 2014. El grupo, del que Amaia Gorostiza forma parte en su consejo de administración, fue adquirido este mismo mes por Cie Automotive por 186 millones.

Gorostiza fundamenta su presidencia desde “el trabajo en equipo”. «Claramente no buscamos liderazgos unipersonales ni protagonismos específicos de las personas que lo componemos» explicó en su presentación oficial.«He aceptado la propuesta de ser presidenta con mucho orgullo y agradezco la confianza que mis compañeros están depositando en mi. Sin embargo, quiero dejar claro nuevamente que esto no va a ser ‘el proyecto’ de la nueva presidenta, sino de todo el equipo que formamos esta familia, y que voy a tener el orgullo de presidir», añadía Gorostiza en una clara declaración de intenciones.

Mujer, empresaria, con nuevos aires y presidenta de un club de fútbol. En Gipuzkoa, las mujeres acceden a los cargos de responsabilidad con naturalidad. Además de Amaia Gorostiza, tenemos el ejemplo de Nekane Arzallus al frente del Gipuzkoa Basket que acaba de decidir renunciar a la plaza ACB para reconstruir su proyecto desde Leb Oro.