Las dos medallistas olímpicas alavesas aplauden el nacimiento de ‘www.dxtfem.com’

Son actualmente las estandartes del deporte femenino en Álava. Sus logros internacionales no están pasando de largo. Medallas en europeos o incluso olimpiadas las convierten ahora mismo en íconos de las futuras promesas. Encima en deportes que no tienen tanto tirón. Son Eli Pinedo y Maider Unda. El balonmano y la lucha como referencia del deporte femenino alavés. Hablan cara a cara de este proyecto que tratará de relatar las andanzas deportivas de nuestras chicas, en todas sus disciplinas.

 

-¿Qué les parece que surja una idea como esta?

Maider Unda. Me parece que por algo hay que empezar. El deporte femenino está en un rincón y los que pertenecemos a un deporte olímpico siquiera vivimos cada cuatro años, pero el resto no sé yo.

Eli Pinedo. Es un proyecto muy ilusionante para la gente que lo estamos viviendo en primera persona, porque ya es hora que se le dé la importancia que merece el deporte femenino y que se hable de los éxitos deportivos de las chicas que hay muchos. No sólo en Álava o Euskadi, sino a nivel nacional también. Que se trate un poco como se debe porque no puede ser que en el siglo XXI siga en un rincón.

 

-Lo véis como algo necesario, ¿no?

M.U. Estábamos esperando que alguien diera el primer paso. Bienvenidos seáis.

E.P. A mí me parece hasta ridículo hacer diferencias entre el deporte femenino y masculino. Yo ya hablo de éxitos deportivos y en las olimpiadas de Londrés ha habido más medallas femeninas que masculinas. No entiendo el porqué de esta discriminación.

 

-¿Vivimos en un país machista?

M.U. Siempre he creído que es algo difícil de cambiar porque el deporte rey es el fútbol y éste es masculino. Mientras la publicidad vaya dirigida a ellos los demás tendremos que seguir peleando.

E.P. Estoy con Maider. Sólo se habla de fútbol y de chicos. Hay deportes tanto en masculino como en femenino que ni se mencionan. Deberían darnos un poquito de bombo a todos y sobre todo a las mujeres porque no lo hacen y porque curramos lo mismo que los hombres.

 

-¿Es esa la única razón de la poca repercusión del deporte femenino o hay mas?

M.U. El fútbol absorbe todo y el resto tenemos que demostrar tanto o más que ellos. La política está en ello y sólo interesa vender el fútbol.

E.P. Lo que interesa es lo económico y el fútbol mueve muchísimo dinero. En balonmano cuando nos han dado partidos por la ‘tele’ hemos vendido y ha habido buenas audiencias. No se puede decir que cuando damos a estas chicas no mueven, porque no es cierto. Incluso en diferido. Les invito a que hagan una prueba dando en directo y un resumen o mencionar en los informativos para ver si vendemos o no.

 

-¿Notáis tratamientos sexistas incluso en el balonmano o la lucha?

M.U. Al ser un deporte minoritario la lucha conseguir resultados nos equipara. Estamos muy igualados.

E.P. Estamos bastante igualados ahora. Tanto nosotras como ellos los internacionales están en el extranjero porque la Asobal está sufriendo la crisis económica. A nivel de Selección tenemos las mismas primas y el nuevo presidente de la Federación se está encargando de que el tratamiento televisivo por ejemplo sea igual. Aunque a nivel de clubes hay diferencia. Mi sueldo en el Bera Bera no tiene nada que ver con el de un extremo del Barcelona.

 

-Incluso a nivel de patrocinios deberiáis tener más repercusión.

M.U. Es la pescadilla que se muerde la cola. Si no hay seguimiento mediático los patrocinadores no siguen. Es importante tener un respaldo mediático para poder hablar de ‘sponsor’.

E.P. Si nos ayudan los medios de comunicación habrá más patrocinadores dispuestos a echarnos una mano para tener una mejores condiciones y jugar en la élite.

 

-Todo ello con la idea de poder vivir de ello.

E.P. Yo me siento una privilegiada porque puedo hacerlo. En la Liga hay muchas jugadoras que no pueden hacerlo y trabajan compaginándolo con el deporte. Muchas lo hacen por pasión. Yo tengo la suerte de poder vivir de ello en los tiempos que estamos.

M.U. Los que pertenecemos a deportes minoritarios como la lucha los que destacamos somos vistos como bichos raros. Poder dedicarnos a esto requiere muchas veces que sacrifiquemos nuestro bolsillo. Yo ahora gracias a mis resultados tengo becas, pero cuando no los tenga se terminarán. Hay mucho altruismo en estos deportes.

 

-¿Cuál creéis que es el estado actual del deporte femenino en Álava?

M.U. Como todo el deporte. Está bajando bastante, aunque siempre hay gente que despunta y tiene que marcharse fuera para hacer algo.

E.P. Está complicada la cosa y la gente tira del extranjero para vivir y seguir haciendo lo que le apasiona, cada uno en su especialidad.

 

-¿Tiene más mérito lo que se logra aquí respecto a otras provincias más grandes?

M.U. Yo me siento reconocida. No puedo decir cómo se sienten en otros sitios. La infraestructura que tenemos aquí es mucho mejor que la de otros lugares; no podemos quejarnos.

E.P. La prensa deportiva de Álava y Euskadi ha estado muy pendiente de nosotras y de los éxitos que hemos conseguido. Yo me siento reconocida por mi pueblo, Amurrio, por Álava y Euskadi en general.

 

-¿Tenéis la sensación de que las medallas olímpicas dan mucho en el momento y luego las cosas vuelven a su sitio?

M.U. La medalla te queda para toda la vida y ese reconocimiento te queda para siempre. Cierto es que el momento es de subidón y luego vas a volver a la realidad, aunque nadie te va a quitar ese metal.

E.P. Ha sido una pena que los logros de Londrés hayan coincidido con la crisis económica que estamos viviendo. Es la ‘leche’ conseguir una medalla olímpica, pero luego por culpa de la situación no se ha podido rentabilizar a nivel de patrocinio en ningún aspecto. Aunque es verdad que en mi caso ha servido para que mi imagen se popularice un poco más y para dar a conocer un poco más el balonmano femenino.

 

-Ahí está Río. ¿Os gustaría llegar ahí?

E.P. Me encantaría ir. A ver si las lesiones y el físico me respetan, aunque lo veo lejos. Prefiero ir con calma y  me gusta pensar a corto plazo. Ojalá llegue.

M.U. Mi ilusión es estar en Río, pero no será fácil porque ahora estoy centrada en mi maternidad y las prioridades cambiarán. Después de lo que viví en Londrés mi tercera olimpiada me haría muhca ilusión.

E.P. Si llegamos que no nos vistan como en Londrés (risas). Aunque ver a muchos deportistas vestidos de forma ridícula tranquilizaba bastante.

M.U. Yo no llegué a vestirme mucho porque aterricé bastante tarde (je je). Lo bueno es que era tan llamativo que no pasabas desapercibido.

 

-¿Se trabaja bien el relevo generacional en Álava?

M.U. Lo veo complicado. Tendría que estar ya, pero las nuevas generaciones tienen una escala de valores distinta a la nuestra.

E.P. En mi caso se está trabajando bien la base, tanto en el Bera Bera que es mi club como a nivel nacional. Vienen chavalas jóvenes apuntando maneras. Aunque es verdad que en nuestra época lo que era una edad adulta para estar a un buen nivel, ahora se va alargando más. En mi caso mi mejor momento deportivo lo he tenido a partir de los 28 años. Ahora tengo 32 y me encuentro muy bien físicamente. En balonmano sí que habrá relevo generacional.

 

-¿Os habéis visto competir la una a la otra?

E.P. En directo nunca le he visto luchar a Maider. Por la televisión, sí. Es una campeona nata. Cuando me preguntan por deportes individuales o en equipo estoy acostumbrada a depender de mis compañeras y ellas de mí, pero en el caso de Maider es distinto. Ella sola y tirar para adelante me parece admirable.

M.U. Las he visto, sobre todo en Londrés. No pude ver ningún partido en directo y lo hice por la ‘tele’. Es increíble cómo cambián las cosas cuando todas tiran a la vez. Esas ganas de superar al rival es algo bonito, cómo se apoyan las unas a las otras. Eli sería buena también en lucha (risas). El deporte de alta competición te hace sacar todo lo que tienes.

E.P. A veces nos sorprendemos hasta nosotras mismas. Cosas de tu personalidad que igual ni conocías, pero estar en semejante tensión te hace sacar todo. Estás tan metido en ello y en partidos como los de Londrés te sale todo de dentro. Con 23 años no celebraba un gol así y ahora también con el empuje de tus compañeras lo das todo.

M.U. Es algo que te lo dan los años. Cuando eres novato te las comes todas. En la lucha hay que tener mucha experiencia y en determinados momentos no eres consciente de la templanza que tienes.

 

MÁS ÍNTIMO

A continuación preguntamos a nuestras dos deportistas por cosas más personales, esas que muchas veces no conocemos. Su lado más íntimo.+

 

-¿Cuál es la deportista femenina a la que admiran?

M.U. Yo sobre todo a Edurne Pasaban. Era un referente de mujer que estando sola y haciendo lo que hacía era capaz de seguir ahí y conseguirlo como los hombres.

E.P. Tiro para mi deporte y en mi caso Monse Puig, que ha sido la central de la selección durante muchos años ha sido ejemplar. He tenido la suerte de jugar con ella y de las veteranas que ha ayudado a la gente joven a tirar para adelante.

 

-¿Qué deporte les hubiese gustado hacer no ser la lucha y el balonmano?

M.U. Siempre me ha gustado el deporte y la lucha la que estuvo a mi alcance. Correr o andar en bici me gustaban y le daba a todo.

E.P. El voleibol siempre me ha gustado, aunque soy malísima.

 

-¿Cuál ha sido su mayor reto deportivo?

M.U. La medalla olímpica y lo he conseguido. Ahora tengo otro que es volver a competir después de ser madre.

E.P. Nunca jamás hubiese imaginado colgarme una medalla en unos Juegos Olímpicos. Si tengo que poner otro es sumar un oro, porque tengo dos de bronce y una plata y me falta la mejor de todas. A ver si algún día llega.

 

-¿Cuál ha sido el mejor momento de sus carreras?

M.U. Sin lugar a dudas, Londrés. Significa todo, porque viví esa experiencia acompañada y con esa gente que lo había soñado tanto como yo.

E.P. Yo igual que Maider. Fue algo increíble.

 

-¿Quién ha sido la persona que más les ha marcado en sus trayectorias?

M.U. Para mí Luis Crespo, mi entrenador. Ha sido siempre el apoyo que no he tenido por otras partes. Siempre ha creído en mí y gracias a él he llegado hasta aquí.

E.P. Mi hermana Patri, con la que he compartido muchos años en el equipo. Siempre ha estado ahí y ahora que ya está retirada también. En cada partido o entrenamiento hablo con ella. Ella ha sido mi máximo apoyo.